Época: Segunda República
Inicio: Año 1934
Fin: Año 1936

Antecedente:
El segundo bienio

(C) Julio Gil Pecharromán



Comentario

Las secuelas inmediatas del alzamiento de Octubre fueron graves para la izquierda, pero llevaron al ánimo de muchos de sus dirigentes la convicción de que era preciso recuperar la unidad para derrotar políticamente a la coalición de centro-derecha gobernante. La iniciativa partió de los grupos republicanos, y el papel fundamental lo desempeñó Azaña, convertido en un mártir político por la torpe e injustificada persecución gubernamental. Tras ser puesto en libertad, el político alcalaíno retomó su proyecto de establecer una inteligencia republicana que devolviera al régimen sus valores democráticos. Por encargo del Consejo Nacional de Izquierda Republicana, reunido en enero de 1935, Azaña realizó gestiones que condujeron a la firma de un pacto de Conjunción republicana, suscrito por IR, UR y el pequeño Partido Nacional Republicano, de Sánchez Román, el 12 de abril. Durante los meses centrales del año, Azaña se lanzó a una campaña de mítines multitudinarios, como el del campo de Mestalla (Valencia), el 26 de mayo, el de Baracaldo (Vizcaya), el 14 de julio, o el de Comillas (Madrid), el 20 de octubre, que reforzaron su papel de cabeza visible, carismática, del republicanismo español y en los que ofreció la negociación de un acuerdo electoral con el PSOE. Finalmente, el 14 de noviembre, Azaña invitó formalmente a los socialistas, en nombre de los tres grupos de la Conjunción republicana, a integrar una coalición electoral.
Cuando, a finales de ese año, se formó el primer Gobierno Portela y se vislumbró la convocatoria próxima de elecciones, las gestiones se aceleraron. Republicanos y socialistas se mostraban de acuerdo en suscribir una alianza, pero Sánchez Román vetaba la propuesta de Largo Caballero de incluir a los comunistas. El PCE, consciente de su manifiesta inferioridad con respecto a los socialistas, y de la inutilidad de mantener las inoperantes Alianzas Obreras, había variado rápidamente su estrategia, conforme a la orientación frentepopulista que acababa de adoptar la Komintern en su VII Congreso, celebrado en Moscú en el verano de 1935, y se había convertido en ferviente partidario de la colaboración con la izquierda burguesa en un frente antifascista. Finalmente, el deseo de desalojar a la derecha del Poder acabó venciendo todos los obstáculos y los republicanos aceptaron la inclusión de grupos comunistas, lo que motivó que el PNR de Sánchez Román se retirase de las negociaciones. El Pacto del Frente Popular lo suscribieron, el 15 de enero de 1936, Izquierda Republicana, Unión Republicana, el Partido Socialista, la Unión General de Trabajadores, las Juventudes Socialistas, el Partido Comunista, el Partido Sindicalista, de Pestaña, y el filotrotskista Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). La extrema variedad de sus miembros era una garantía de fuerza, pero a la vez, de debilidad y, de hecho, el acuerdo iba poco más allá de una coalición electoral. Su programa incluía la amnistía para los delitos políticos y sociales, la reforma del Tribunal de Garantías Constitucionales, la continuidad de la legislación reformista del primer bienio y la reanudación de los procesos de autonomía regional. Los grupos obreros, que no habían logrado introducir en el acuerdo medidas de nacionalización de la economía, permanecerían fuera del futuro Gobierno frentepopulista, que sería integrado por los grupos republicanos de izquierda, pero apoyarían su gestión desde las restantes instituciones del Estado.